23 de Febrero 1901 – 2016
Cuando Dios interviene en la historia, suele hacerlo a través de hombres y de mujeres.
Lo primero que debemos decir es que el Padre Federico Salvador y Ramón era español y la Madre María del Rosario Arrevillaga, mexicana; que ambos nacieron y crecieron en un ambiente familiar cristiano, lo que facilitó la acción de Dios en sus vidas; que pertenecían a la clase media y que los principios de piedad y la formación humana que aprendieron de sus padres, primeros educadores de los hijos, se manifestaron en su ser, en su actuar y en sus escritos. Fue su mejor herencia.