«La Natividad de la Virgen Inmaculada fue honrada, en la Iglesia latina, hasta el siglo V, pues San Agustín dice claramente que en su tiempo se celebraban solamente los natalicios de Jesús y de San Juan Bautista.
En la Iglesia romana, madre y maestra de todas las demás, encontramos el más antiguo documento que se refiere a la fiesta de la Natividad de María. El Liber Pontificalis (687 – 701) narra que el Papa Sergio I estableció que todos los años el día de la Natividad de la Santísima Virgen se hiciese una procesión desde la Iglesia de San Adriano hasta Santa María la Mayor. En el Sacramentario en los calendarios Gelasiano y Gregoriano se halla inserto el oficio para tal fiesta.
El Sumo Pontífice Inocencio IV (1243 – 1254) hizo aún más solemne el culto de la Natividad instituyendo la octava de dicha fiesta. (cf. ER ( (1917) 13-14)» [Directorio Oracional cuarta parte: con la Iglesia perseveramos unánimes en la oración]