+
A.I.I.V
MES DE MAYO
DÍA PRIMERO
VIOLETA – HUMILDAD
Tanto amor para ti mi pecho encierra
que obsequiarte quisiera Madre mía
mas… ¿Puede dar la tierra
algo digno de ti Virgen María?
En este mes que es todo tuyo
recibe nuestro amor nuestro desvelo,
y sírvate de arrullo
nuestra oración que se levanta al cielo.
Violeta
En los campos marchitos agostados
De crudo invierno por el soplo frío,
Se ven pequeños puntos azulados
Cubiertos de finísimo rocío.
Entre tupida alfombra de esmeralda
Se oculta pudorosa la violeta
Que en su corola pequeñita guarda
Su perfume sutil, casta y discreta.
Es una flor humilde pero hermosa
Su traje de modestia nos cautiva.
Y nace en el mundo cuando ya la rosa
Ofreció su belleza siempre altiva.
A ti me acojo, Reina de Profetas,
Virgen Bendita amor de mis amores,
Acepta este manojo de violetas
¡Oh tú, la más humilde de las flores!
Y pues de ti tomaron el perfume
Y de ti su modestia poderosa
En prenda del amor que me consume
Las coloco a tus plantas, Niña hermosa
Humildad
“La presentación en el templo ¿No fue una nueva humillación para la Santísima Virgen? Ella se presenta humilde, sin distinción ninguna, revuelta con las demás mujeres, y sin embargo ¿Eso hubiera sido necesario? No, porque Ella no necesitaba purificarse; pero estaba mandado y Ella llena de humildad fue a cumplir el mandato, y hasta su ofrenda que llevó fue humilde”. (LOMF, humildad, 6)
“Porque María es la criatura que mejor se ha sometido a Dios. Consiguió la más perfecta rectitud, cual es la más íntima unión con el fin a que esta rectitud se encamina.
«Ecce ancilla Domini», dice María al santo arcángel y rendida completamente en manos del Altísimo es proporcionada al divino Verbo”. (Sermón de la Inmaculada, Siervo de Dios P. Federico Salvador Ramón)
De amores llena te traigo el alma,
Niña María, dulce ilusión,
recibe ¡oh Reina!, de mis amores
del alma nuestra, muy pobre don.
Niña preciosa, del mundo encanto;
jarrón de flores tu pecho es,
permite ¡oh Reina!, que en él coloque
la flor que ves.
Ellas te canten, Niña del alma,
endechas tiernas de nuestro amor
dulces cantares de amor divino,
pura alabanza, grato loor,
mientras el alma con triste pena
ya se despide, adiós, adiós.