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A.I.I.V
MES DE MAYO
VIGÉSIMO CUARTO DÍA
ROSA MINIATURA – INFANCIA ESPIRITUAL
Tanto amor para ti mi pecho encierra
que obsequiarte quisiera Madre mía
mas… ¿Puede dar la tierra
algo digno de ti Virgen María?
En este mes que es todo tuyo
recibe nuestro amor nuestro desvelo,
y sírvate de arrullo
nuestra oración que se levanta al cielo.
Rosa miniatura
¡Qué esbelta y majestuosa es la palmera!
¡Cómo se eleva rebosando vida!
Y aunque se ve tan alta, nunca impera
Sabe doblarse y nada le intimida.
Sólo ella vivir puede en el desierto
Soportando el furor de olas de arena;
Y formando con otras dulce huerto
Permanece allí en pie, firme y serena.
¡Qué imagen de María tan acabada!
Majestuosa palmera de este suelo,
Como ella sin cesar está elevada,
Siempre su frente señalando al cielo.
Como ella sin cesar vivió doblada,
Por su gran humildad esclarecida.
Con su heroica virtud tan arraigada,
A su alma hermosa nada le intimida.
Si eres la flor más bella y más preciada,
Si sobre todas se elevó tu tallo,
¿Qué flor te ofreceré, Madre adorada?
Orgullo y gala del bendito mayo.
Esta rosita de color de aurora
Forma graciosos ramos, hoy traje uno.
Es de una dulce planta trepadora
Lindo vástago, amado cual ninguno.
¡Esclarecida reina de las almas!
Fragante flor entre las flores puras
Acepta mis rositas y mis palmas
Y elévame contigo a las alturas.
Infancia Espiritual
“Postradas en la presencia de la Divina Niña, vamos ahora a rogarle, ya que es tan pequeñita, nos enseñe cómo debemos cuidar todo lo pequeñito para que a fuerza de hacer muchos actos insignificantes, y a medida que no los descuidemos, lleguemos a lo grande”. (LOMF, infancia espiritual, 24)
“Cuanto más medites las hermosuras de la dependencia de nuestra voluntad a la voluntad de Jesús, mayores encantos hallarás en ella. Oye al Divino Esclavo que dice: -“Dejad a los niños, y no les estorbéis de venir a MI; porque de ellos es el Reino de los Cielos.” Porque los que por amor mío se convierten en niños y hacen como niños, estos son los que me alaban y de ellos quiero la gloria. Pues de la boca de los niños y de los que maman saqué perfecta alabanza”. (LOPF, infancia espiritual,1)
De amores llena te traigo el alma,
Niña María, dulce ilusión,
recibe ¡oh Reina!, de mis amores
del alma nuestra, muy pobre don.
Niña preciosa, del mundo encanto;
jarrón de flores tu pecho es,
permite ¡oh Reina!, que en él coloque
la flor que ves.
Ellas te canten, Niña del alma,
Endechas tiernas de nuestro amor
Dulces cantares de amor divino,
Pura alabanza, grato loor,
mientras el alma con triste pena
ya se despide, adiós, adiós.