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A.I.I.V
MES DE MAYO
TRIGÉSIMO PRIMER DÍA
ROSAS BLANCAS Y ENCARNADAS – FORTALEZA
Tanto amor para ti mi pecho encierra
que obsequiarte quisiera Madre mía
mas… ¿Puede dar la tierra
algo digno de ti Virgen María?
En este mes que es todo tuyo
recibe nuestro amor nuestro desvelo,
y sírvate de arrullo
nuestra oración que se levanta al cielo.
Rosas blancas y encarnadas
La reina de las flores es la rosa,
Así la llaman todos a porfía;
Por eso la guardé, Niña preciosa,
De tu florido mes para este día.
Hoy que termina tu venturoso mayo
Te la vengo a ofrecer Niña Divina.
Airosa se mecía sobre su tallo
Luciendo su belleza peregrina.
Pero más bella está sobre las gradas
De tu modesto altar, Virgen bendita.
Ella y sus compañeras, muy honradas
Quedarán a tus pies, Casta Infantita.
Son emblema de amor las purpurinas,
Y las blancas emblema de pureza.
Su hacedor las rodeó de mil espinas
Para que no se ajara su belleza.
¡Amor y castidad! Ricas virtudes
¡Que a ti de santidad dieron la palma!
¡Pureza y caridad! Que excelsitudes
Alcanza aquel que las conserva en su alma.
¡Tu amor, tu caridad! Santo modelo
Nos diste desde Niña, Madre mía!
¡Tu amor, tu caridad! Dulce consuelo
Del corazón del hombre en su agonía.
¡Salve, Rosa escogida, Rosa pura
Del edén celestial que nos espera!
¡Bendita sea tu maternal ternura!
¡Que tan hermosas puertas nos abriera!
Fortaleza
“Vivamos siempre disculpando a los demás y perdonando las imprudencias de cuantos nos rodean. Pidamos a Dios Ntro. Señor cada mañana cuando El bondadosamente nos concede sus gracias, que nos de mucha fortaleza para luchar y sufrir; mucha dulzura para tratar a las almas”. (LOMF, comunidad, 24)
“Nada hay de particular que os cuidéis y comáis bien; que la debilidad acarrea muchas enfermedades que influyen mucho en el alma, que es lo peor. Hay que trabajar, y lo primero es estar fuertes, y si el cuerpo no está sano, difícilmente tiene el alma alegría para servir a Dios con felicidad. El cuerpo débil debilita el espíritu, y es, por consiguiente más fácil que este sea vencido en las tentaciones. El cuerpo sano es buen compañero del alma, cuando esta se aprovecha de su compañero para más ejercitarse en el divino servicio y bien de las almas”. (LOPF, formación,1)
De amores llena te traigo el alma,
Niña María, dulce ilusión,
recibe ¡oh Reina!, de mis amores
del alma nuestra, muy pobre don.
Niña preciosa, del mundo encanto;
jarrón de flores tu pecho es,
permite ¡oh Reina!, que en él coloque
la flor que ves.
Ellas te canten, Niña del alma,
Endechas tiernas de nuestro amor
Dulces cantares de amor divino,
Pura alabanza, grato loor,
mientras el alma con triste pena
ya se despide, adiós, adiós.