NOVENO DÍA
JAZMIN
Himno:
Tanto amor, para Ti
mi pecho encierra
que obsequiarte quisiera Madre mía.
Mas… ¿puede dar la tierra
algo digno de ti Virgen María?
¿Existirá algo en este bajo suelo
para ofrecer a la Santa de las santas
si tiene allá en el cielo
coros de serafines a sus plantas?.
Lucirían en tu trono esas
estrellas que vistas desde aquí nos maravillan,
junto a ti serían bellas
si con la luz de tus pupilas brillan.
¿Tendrían valor las perfumadas rosas…?
cierto es que son vistosos sus colores,
Pero… ¿serán hermosas
al lado de la reina de las flores?
¡Si al ver el sol tu rubia cabellera
de ella recoge todos sus fulgores,
y la celeste esfera
a Ti debe sus puros resplandores!
Si de tu frente toma su pureza
el blanco lirio que entre espinas crece,
y toda su belleza
junto a la tuya, ¡oh Niña, desparece!
Si no tienen medida
¡oh Madre de mi amor tus perfecciones!
por eso en este mes que es todo tuyo
recibe nuestro amor, nuestro desvelo,
y sírvate de arrullo
nuestra oración que se levanta al cielo.
FLOR DEL DÍA:
¡Quién podrá enumerar tus gracias todas
Sagrario del Divino Sacramento,
Desposada feliz en regias bodas
Con el autor del Sol y el firmamento!
¡Hija bendita y predilecta de Ana,
Quién podrá referir tus galas bellas.
Si es tuyo el esplendor de la mañana
Y el fulgor de tus ojos las estrellas!
Si la que guió a Belén a los pastores
Tomó de tu mirar su luz preciosa,
Y al perder a Jesús, de tus dolores
Nació la perla del oriente hermosa!
¡Si el brillante más rico y preferido
Es inferior en brillo y en pureza,
Al llanto que tus ojos han vertido
En tus amargas horas de tristeza!
Si el mundo que era un páramo,
Al verte se cubrió de lindas flores,
Y cual roca de Oreb, tienes abierto
Un manantial de gracias y favores.
Si tus manos purísimas y hermosas
Convierten una zarza en azucena,
Y donde pisas tú, brotan las rosas
Aunque sea dura roca o blanda arena.
¿No así pasó en la gruta venturosa
Donde dijiste: “soy Inmaculada”
Y en el Pilar feliz de Zaragoza,
Y en nuestro Tepeyac, Virgen Sagrada?
¿No la luz que produce tu ropaje
Ofusca la del sol tan esplendente,
Y los luceros bajan a tu traje
Y son corona de tu casta frente?
Pues dime entonces, ¿Cómo puede el hombre
Atreverse a ensalzar tanta grandeza?
¿Cómo osarán las lenguas de mortales
Hablar de tu poder, Virgen María?
Debieras castigar mi atrevimiento,
Mas no lo haces así porque eres buena.
Ofusca tu humildad mi entendimiento
Y tu misericordia me enajena.
Perdona sí, lo que te dice un loco
Y pobre corazón, que amarte ansía,
Mientras avergonzada yo coloco
En el altar mis jazmines, Madre mía.
ORACIÓN FINAL:
Ave María, Gloria al Padre
De amores llena te traigo el alma,
Niña preciosa, dulce ilusión.
recibe ¡oh Reina, de mis amores
del alma nuestra, muy pobre don.
Niña celeste, del mundo encanto;
jarrón de flores tu pecho es,
permite ¡oh Reina!, que en él coloque la flor que ves.
Ave María, Gloria al Padre