TERCER DÍA
BOTÓN DE ROSA
Himno:
Tanto amor, para Ti
mi pecho encierra
que obsequiarte quisiera Madre mía.
Mas… ¿puede dar la tierra
algo digno de ti Virgen María?
¿Existirá algo en este bajo suelo
para ofrecer a la Santa de las santas
si tiene allá en el cielo
coro de serafines a sus plantas?.
Lucirían en tus promesas
estrellas que vistas desde aquí nos maravillan,
junto a ti serían bellas
si con la luz de tus pupilas brillan.
¿Tendrían valor las perfumadas rosas…?
cierto es que son vistosos sus colores,
Pero… ¿serán hermosas
al lado de la reina de las flores?
¡Si al ver el sol tu rubia cabellera
de ella recoge todos sus fulgores,
y la celeste esfera
a Ti debe sus puros resplandores!
Si de tu frente toma su pureza
el blanco lirio que entre espinas crece,
y toda su belleza
junto a la tuya, ¡oh Niña, desaparece!
Si no tiene medida
¡oh Madre de mi amor tus perfecciones!
por eso en este mes que es todo tuyo
recibe nuestro amor, nuestro desvelo,
y sírvete de arrullo
nuestra oración que se levanta al cielo.
FLOR DEL DÍA:
Tierno botón de perfumada rosa
Mi corazón te ofrece en este día,
A ti que eres del mundo la alegría,
A ti que eres del cielo el esplendor.
Muy débil es: sus pétalos rosados
No abren a la luz, Niña María,
Si sus rayos purísimos no envía
Sobre su tallo el astro bienhechor.
Así mi pecho, dulce prenda amada,
Semejante al botón, cerrado vive,
Y no se mueve mientras no recibe
Una mirada tuya maternal.
Mas si inclinas a mí tus bellos ojos
El moribundo corazón alienta.
Se derrite de amor, y sólo aumenta
Sus deseos de amor siempre lo eternal.
Por eso, casta Madre, de mi vida,
Te miro a ti con plácido embeleso,
Y el corazón ingrato queda preso
En los encantos de tu dulce faz;
Y al sentir en mi pecho las delicias
De tu amor, Infantita Inmaculada
De incomparable dicha y santa paz.
Tu esclava soy, Niñita encantadora,
Y en vivir a tus pies, cifro mi gloria;
En padecer por ti, mi gran victoria,
Y en dar la vida por tu amor, mi bien.
Por eso soy como el botón de rosa
Que sin la luz del sol no se abriría,
Y tu mirada lo abre Niña mía,
Y abierto ya, lo llevas al edén.
ORACIÓN FINAL:
Ave María, Gloria al Padre
De amores llena te traigo el alma,
Niña preciosa, dulce ilusión.
recibe ¡oh Reina, de mis amores
del alma nuestra, muy pobre don.
Niña celeste, del mundo encanto;
jarrón de flores tu pecho es,
permite ¡oh Reina!, que en él coloque la flor que ves.
Ave María, Gloria al Padre
Ellas te canten, Niña querida,
endechas tiernas de nuestro amor
dulces cantares de amor divino,
pura alabanza, grato loor,
mientras el alma con triste pena
ya se despide, adiós, adiós.