DÍA DOCE
PENSAMIENTO
Himno:
Tanto amor, para Ti
mi pecho encierra
que obsequiarte quisiera Madre mía.
Mas… ¿puede dar la tierra
algo digno de ti Virgen María?
¿Existirá algo en este bajo suelo
para ofrecer a la Santa de las santas
si tiene allá en el cielo
coros de serafines a sus plantas?.
Lucirían en tu trono esas
estrellas que vistas desde aquí nos maravillan,
junto a ti serían bellas
si con la luz de tus pupilas brillan.
¿Tendrían valor las perfumadas rosas…?
cierto es que son vistosos sus colores,
Pero… ¿serán hermosas
al lado de la reina de las flores?
¡Si al ver el sol tu rubia cabellera
de ella recoge todos sus fulgores,
y la celeste esfera
a Ti debe sus puros resplandores!
Si de tu frente toma su pureza
el blanco lirio que entre espinas crece,
y toda su belleza
junto a la tuya, ¡oh Niña, desparece!
Si no tienen medida
¡oh Madre de mi amor tus perfecciones!
por eso en este mes que es todo tuyo
recibe nuestro amor, nuestro desvelo,
y sírvate de arrullo
nuestra oración que se levanta al cielo.
FLOR DEL DÍA:
Mayo, mes venturoso de las flores
Consagrado a la Estrella de los mares,
¿Qué me dan tus vergeles seductores
Para ornar sus bellísimos altares?
¿Qué le vas a ofrecer en este día
A la Reina del cielo encantadora?
¿Qué flores le pediste hoy a la aurora?
Nardos ya le ofrecí; botón de rosa,
No me olvides, jazmines, margaritas;
Una azucena cándida y hermosa
Y un ramo de violetas exquisitas.
Hoy busco entre la alfombra de verdura
De tus jardines, unos pensamientos,
Para decirle a la Niñita pura
Que en ella pienso todos los momentos.
Que Ella es mi edén, mi amor, mi prenda cara;
Ella el sostén de la esperanza mía;
Ella la que nos cuida y nos ampara
Como la Reina clemente y Madre pía.
Ella con su sonrisa peregrina
Nos inunda de paz y de consuelo,
Mientras con su mirar nos ilumina
La oscura senda que conduce al cielo.
La senda de la Cruz, de espinas llena
La Excelsa Niña la sembró de flores,
Y por ella nos guía dulce y serena
A encontrar el Amor de sus amores.
Si nos azotan fieras tempestades
Y ponen en peligro nuestra alma,
Como Cristo en el mar de Tiberiades
María llena de amor siempre las calmas.
Es el piloto de su barca armada,
La proa endereza con su voz graciosa,
Y tras sí deja, si la ve salvada,
Una estela de luz suave y hermosa.
En su pecho benigno, miel de amores
Encuentran las abejas afanosas;
Y hallan néctar purísimo de flores
Las pintadas y alegres mariposas.
Para todas las almas tiene dones,
Y a todas les prodiga su ternura.
Por eso encadenó los corazones
A su bendito amor, la Niña pura.
Por eso aquí nos tiene prosternadas
Consagrándote todos los momentos,
Viviendo por tu amor encadenadas
Con cadenas de dulces pensamientos.
ORACIÓN FINAL:
Ave María, Gloria al Padre
De amores llena te traigo el alma,
Niña preciosa, dulce ilusión.
recibe ¡oh Reina, de mis amores
del alma nuestra, muy pobre don.
Niña celeste, del mundo encanto;
jarrón de flores tu pecho es,
permite ¡oh Reina!, que en él coloque la flor que ves.
Ave María, Gloria al Padre
Ellas te canten, Niña querida,
endechas tiernas de nuestro amor
dulces cantares de amor divino,
pura alabanza, grato loor,
mientras el alma con triste pena
ya se despide, adiós, adiós.