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A.I.I.V
MES DE MAYO
DÉCIMO SÉPTIMO DÍA
GARDENIA – AFABILIDAD
Tanto amor para ti mi pecho encierra
que obsequiarte quisiera Madre mía
mas… ¿Puede dar la tierra
algo digno de ti Virgen María?
En este mes que es todo tuyo
recibe nuestro amor nuestro desvelo,
y sírvate de arrullo
nuestra oración que se levanta al cielo.
Gardenia
Que tapicen tus hijos tus altares
Con pétalos purísimos de flores.
Que hoy te ofrezcan gardenias a millares
Salpicadas con lágrimas de amores.
Todos le canten a la Virgen Santa
Que no tuvo al nacer más que pureza.
A la Madre de Dios, que con su planta
Quebrantó a la serpiente la cabeza.
¡Niña María, Estrella de Judea,
Quiero verte en el mundo venerada,
Y que en tu imagen milagrosa vea
Toda la gloria de que estás rodeada!
Si eres la Inmaculada pequeñita,
La preservada de la culpa y pena,
La que al primer instante fue bendita,
La Niña angelical, de gracia llena!
¡Dulce Infantita, tus esclavas tienes
Que desde Niña te veneran y aman,
Y que no aspiran a tener más bienes
Que el yugo de tu amor, y ese reclaman!
¡Y a toda hora, y en todos los momentos,
Por tu amor sufrirán, ¡oh Madre amada!
¡Pidiendo sólo en premio a sus tormentos,
Proclamar que eres tú, la Inmaculada!
Afabilidad
“La dulzura de una persona fina es muy agradable, pero es superficial solamente, es de apariencia, mientras que la dulzura que yo quisiera que practicaran, es esa dulzura encantadora que no está en las palabras nada más, ni en el modo de decir las cosas, sino que nace del fondo del alma y es un lenitivo para curar a todas las almas que se acerquen en busca de consuelo”. (LOMF, dulzura, 101)
“Que por vuestra culpa no sufran los demás antes de tiempo, la niñez debe sufrir lo menos posible para que no esté anonadada y enclenque. No hagáis mártires, sino ángeles, nuestro papel no es hacer de verdugos, sino de padre, y muy padres y piadosos”. (Siervo de Dios P. Federico Salvador Ramón)
De amores llena te traigo el alma,
Niña María, dulce ilusión,
recibe ¡oh Reina!, de mis amores
del alma nuestra, muy pobre don.
Niña preciosa, del mundo encanto;
jarrón de flores tu pecho es,
permite ¡oh Reina!, que en él coloque
la flor que ves.
Ellas te canten, Niña del alma,
Endechas tiernas de nuestro amor
Dulces cantares de amor divino,
Pura alabanza, grato loor,
mientras el alma con triste pena
ya se despide, adiós, adiós.