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A.I.I.V
MES DE MAYO
DÉCIMO NOVENO DÍA
UVAS Y ESPIGAS – SACRIFICIO
Tanto amor para ti mi pecho encierra
que obsequiarte quisiera Madre mía
mas… ¿Puede dar la tierra
algo digno de ti Virgen María?
En este mes que es todo tuyo
recibe nuestro amor nuestro desvelo,
y sírvate de arrullo
nuestra oración que se levanta al cielo.
Uvas y Espigas
¡Qué fortaleza para aquel martirio
En que tu amante corazón vivía!
¡Qué abnegación para subir al Gólgota
Y ensangrentarse allí con las espinas.
Con la lanza cruel y con los clavos
Que hicieron a tu Dios, Virgen María!
Por eso hoy, permite que te ofrezca
En su lugar de una flor, uvas y espigas,
Conmemorando el Santo Sacramento,
La prenda del amor más escogida.
La finura más grande de un Dios-Hombre
A sus hijos ingratos y deicidas.
La flor del trigo y de la vid te traigo,
Rebosando ternura, Madre mía,
Y no sabiendo cómo darte gracias
Por dádiva tan grande y exquisita.
Dame un rayo de amor. Dame el fuego
En que tu alma dichosa está encendida,
Y así estaré como perpetua lámpara
En torno del altar, Reina Divina;
Y tu dulce Jesús, no estará solo,
Tendrá siempre mi humilde compañía
Velando enamorada ante el Sagrario
Del Celestial Edén del alma mía.
Sacrificio
“Hemos de sacrificarnos al modo de Dios, como Él lo quiera, porque está en medio de nosotras(os) aunque no lo veamos”. (LOMF, sacrificio, 64)
“No creas que Jesús sólo es el fruto de ese árbol; mira al pie de la Cruz y allí verás a María; acaso ¿no es María también la Esclava del Señor, y el primer fruto de ese árbol, que ya maduro se ha desprendido de sus ramas”. (LOPF, sacrificio, 6)
De amores llena te traigo el alma,
Niña María, dulce ilusión,
recibe ¡oh Reina!, de mis amores
del alma nuestra, muy pobre don.
Niña preciosa, del mundo encanto;
jarrón de flores tu pecho es,
permite ¡oh Reina!, que en él coloque
la flor que ves.
Ellas te canten, Niña del alma,
Endechas tiernas de nuestro amor
Dulces cantares de amor divino,
Pura alabanza, grato loor,
mientras el alma con triste pena
ya se despide, adiós, adiós.