CAMINO DE PASCUA A PENTECOSTÉS
Día 48: Un solo Cuerpo y un solo Espíritu
-
Invocación
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
-
Himno
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don en tus dones espléndido;
luz que penetras las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
Divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones
Según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
Dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén
-
Oración para todos los días
Oh Señor, el día de tu Ascensión dijiste a los Apóstoles: “Esperen la promesa que les hice de parte del Padre”. Con la fe puesta en tu promesa espero con amor la venida de tu Espíritu. Haz que durante estos cincuenta días persevere en oración junto con tu madre María, para que se realicen en mi vida las mismas maravillas del día de Pentecostés. Te lo pido, Padre, por Cristo nuestro Señor. Amén.
(Silencio y/o reflexión compartida)
-
Lectura de la palabra de Dios
“Os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor, esforzándoos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todos”. (Ef. 4,1-6a)
(Silencio y/o reflexión compartida).
-
Preces
Señor y Dios mío, te pido:
– Para que la Iglesia sea fiel a su misión.
– Para que mi vida dé frutos de humildad, de amor y de unión.
– Para que todos los cristianos, unidos en la fe y en el bautismo, formemos en el Espíritu el único Cuerpo del Señor.
(Preces libres)
-
Padrenuestro
-
Oración final
Te doy gracias, Padre, porque eres fuente de amor, de paz y de concordia. Te doy gracias por tu Hijo, cuyo mandamiento de amor, ilumina a la Iglesia. Que tu Santo Espíritu edifique el Cuerpo de Cristo y ayude a hacer del mundo entero un solo pueblo de alabanza. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
(Antonio García, cp. Orar en el Espíritu, Venezuela 2004, pp. 154- 155)