CAMINO DE PASCUA A PENTECOSTÉS
Día 46: Familia de Dios en un solo Espíritu
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Invocación
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Himno
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don en tus dones espléndido;
luz que penetras las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
Divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones
Según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
Dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén
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Oración para todos los días
Oh Señor, el día de tu Ascensión dijiste a los Apóstoles: “Esperen la promesa que les hice de parte del Padre”. Con la fe puesta en tu promesa espero con amor la venida de tu Espíritu. Haz que durante estos cincuenta días persevere en oración junto con tu madre María, para que se realicen en mi vida las mismas maravillas del día de Pentecostés. Te lo pido, Padre, por Cristo nuestro Señor. Amén.
(Silencio y/o reflexión compartida)
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Lectura de la palabra de Dios
“Él es nuestra paz, el que de los dos pueblos ha hecho uno. Reconcilió con Dios a los dos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, a la hostilidad. Vino a anunciar la paz: paz a vosotros los de lejos, paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre por medio de él en un mismo Espíritu. Así pues, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros estáis con ellos en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu”. (Ef. 2,14a.16-22)
(Silencio y/o reflexión compartida).
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Preces
Te pido, oh Dios:
– Que Cristo sea la reconciliación de la Iglesia con el mundo.
– Que todos los pueblos se sientan una sola familia de Dios.
– Que la Iglesia se manifieste como la morada del Espíritu.
(Preces libres)
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Padrenuestro
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Oración final
Oh Dios Padre, de quien procede toda gracia y bendición, en Cristo tu Hijo hemos logrado el perdón y la reconciliación contigo y con el mundo. Haz que con la fuerza del Espíritu Santo logremos edificarnos como familia, para que nadie se sienta extraño ni forastero en tu casa. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
(Antonio García, cp. Orar en el Espíritu, Venezuela 2004, pp.151-152)