CAMINO DE PASCUA A PENTECOSTÉS
Día 31: Vivir la justicia según el Espíritu
-
Invocación
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
-
Himno
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don en tus dones espléndido;
luz que penetras las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
Divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones
Según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
Dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén
-
Oración para todos los días
Oh Señor, el día de tu Ascensión dijiste a los Apóstoles: “Esperen la promesa que les hice de parte del Padre”. Con la fe puesta en tu promesa espero con amor la venida de tu Espíritu. Haz que durante estos cincuenta días persevere en oración junto con tu madre María, para que se realicen en mi vida las mismas maravillas del día de Pentecostés. Te lo pido, Padre, por Cristo nuestro Señor. Amén.
(Silencio y/o reflexión compartida)
-
Lectura de la palabra de Dios
“Lo que era imposible a la ley, por cuanto que estaba debilitada a causa de la carne, lo ha hecho Dios: enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y en orden al pecado, condenó el pecado en la carne, para que la justa exigencia de la ley se cumpliera en nosotros, los que actuamos no de acuerdo con la carne, sino de acuerdo con el Espíritu”. (Rom. 8,3-4)
(Silencio y/o reflexión compartida).
-
Preces
Oh Señor, dame tu luz y tu gracia:
– Para que descubra tu amor en la encarnación de tu Hijo Jesús.
– Para que Cristo realice en mí su propio misterio pascual.
– Para que sea testigo de la civilización del amor.
(Preces libres)
-
Padrenuestro
-
Oración final
Oh Dios, tú eres realmente único y maravilloso; tu bondad es infinita y tu amor no tiene límites. Te doy gracias por tu Hijo Jesús, verdadero liberador del hombre y de todos los hombres. Haz que, en la fuerza y gracia del Espíritu, se realice en mí la obra de su salvación. Por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén.