Adviento es el tiempo oportuno y privilegiado para esuchar el anuncio de la liberación de los pueblos y de las personas.
El Dios del Adviento es el que nos empuja siempre hacia algo que se acerca, hacia lo por venir. El Dios Cristiano no es una mera presencia sobre el mundo, como un toldo innmóvil que lo cubriera. Es una promesa de presencia.