18 al 25 de enero
TEXTO BÍBLICO PARA EL 2016*
(1 Pedro 2, 9-10)
Pero ustedes son raza elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su posesión, destinado a proclamar las grandezas de quien los llamó de las tinieblas a su luz maravillosa. Ustedes que antes eran « no pueblo » son ahora pueblo de Dios; ustedes que no eran amados, son ahora objeto de su amor.
Destinados a proclamar las grandezas del Señor
(cfr. 1 Pedro 2, 9)
Cantos sugeridos:
Somos uno en Cristo https://www.youtube.com/watch?v=GjTMQ9kRLTw
Danny Berrios Somos Uno En Jesús https://www.youtube.com/watch?v=MkSzzeUYhLU
REFLEXIONES BÍBLICAS
Y ORACIONES PARA EL OCTAVARIO
DÍA 1
Removió la piedra que cerraba la entrada
Ezequiel 37, 12-14 Voy a abrir sus tumbas y a sacarlos de ellas, pueblo mío.
Salmo 71, 18b-23 Tu justicia, oh Dios, llega hasta el cielo.
Romanos 8, 15-21 Compartimos sus sufrimientos para compartir también su gloria.
Mateo 28, 1-10 No está aquí, pues ha resucitado, tal como anunció.
Comentario
Hay mucho dolor y sufrimiento; heridas que han sido infligidas que son muy difíciles de curar. Todo esto es como la gran piedra que cerraba la entrada del sepulcro de Jesús. Heridas como estas son las que nos mantienen prisioneros en nuestros sepulcros espirituales. El terremoto de la resurrección del Señor es el acontecimiento que estremece la tierra y abre nuestras tumbas y nos libera de nuestro dolor y amargura, que nos mantienen aislados los unos de los otros.
Esta es la grandeza del Señor: su amor que estremece la tierra, que remueve las piedras, que nos libera, que nos llama a la luz de un nuevo día.
Preguntas
⇒¿Cuáles son los acontecimientos y las situaciones en nuestras vidas y las circunstancias que hacen que nos encerremos en nuestra tumba de tristeza, de dolor, de preocupaciones, de ansiedad y de desesperanza? ¿Qué es lo que nos impide aceptar la promesa y la alegría de la resurrección de Cristo?
⇒¿Qué dispuestos estamos a compartir la experiencia de Dios con los que encontramos?
Oración
Señor Jesucristo, desde el principio siempre nos has amado y nos has mostrado la profundidad de tu amor al morir por nosotros en la cruz haciendo tuyos nuestros sufrimientos y heridas. En este momento queremos poner a los pies de tu cruz todos los obstáculos que nos separan de tu amor. Remueve la piedra que nos mantiene prisioneros. Despiértanos a la mañana de tu resurrección. Que allí podamos encontrarnos con los hermanos y hermanas de los que estamos separados. Amén.
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DÍA 2
Llamados a ser mensajeros de alegría
Isaías 61, 1-4 El Espíritu del Señor Dios me acompaña, pues el propio Señor me ha ungido, me ha enviado a dar la buena noticia a los pobres.
Salmo 133 ¡Qué bueno, qué agradable es que los hermanos vivan juntos!
Filipenses 2, 1-5 Llénenme de alegría teniendo el mismo pensar, alimentando el mismo amor, viviendo en armonía, compartiendo los mismos sentimientos
Juan 15, 9-12 Les he dicho esto para que participen de mi alegría y la alegría de ustedes sea completa.
Comentario
La alegría del evangelio llama a los cristianos a vivir la profecía de Isaías: «El Espíritu del Señor Dios me acompaña, pues el propio Señor me ha ungido, me ha enviado a dar la buena noticia a los pobres» si damos testimonio de lo poco que tenemos, Jesús lo multiplica en nosotros y en las personas que están a nuestro alrededor. En el evangelio Jesús dice: «Como el Padre me ama a mí, así los amo yo a ustedes» y «se amen los unos a los otros como yo los he amado». Este amor mutuo y alegría mutua es el corazón de nuestra oración por la unidad. Como dice el salmista: « ¡Qué bueno, qué agradable es que los hermanos vivan juntos!».
Preguntas
⇒ ¿Qué es lo que sofoca la alegría en el mundo y en las Iglesias?
⇒¿Qué podríamos recibir de otros cristianos para que la alegría de Jesús esté en nosotros, haciéndonos así testigos de la Buena Noticia?
Oración
Dios de amor, mira nuestro deseo de servirte a pesar de nuestra pobreza espiritual y nuestras pocas habilidades. Colma el deseo más profundo de nuestro corazón con tu presencia. Llena nuestros corazones rotos con tu amor que sana para que podamos amar como tú nos has amado. Danos el don de la unidad para que podamos servirte con alegría y compartir tu amor con todos. Esto pedimos en el nombre de tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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DÍA 3
El testimonio de la comunión
Jeremías 31, 10-13 Subirán alborozados a Sión.
Salmo 122 Pidan paz para Jerusalén, que tengan paz quienes te aman.
1 Juan 4, 16b-21 Quien dice: «Yo amo a Dios», pero al mismo tiempo odia
a su hermano, es un mentiroso.
Juan 17, 20-23 Para que alcancen la unión perfecta y así el mundo reconozca que tú me has enviado.
Comentario
La división entre los cristianos es un obstáculo para la evangelización. El mundo no puede creer que somos discípulos de Cristo mientras nuestro amor mutuo no sea completo. La fuente de nuestra alegría es nuestra vida común en Cristo. La noche antes de su muerte, Jesús rezó por la unidad y el amor entre nosotros. Hoy levantamos nuestras manos y oramos con Jesús por la unidad de los cristianos. Oramos por los obispos, ministros y miembros de todas las Iglesias. Oramos para que el Espíritu Santo nos conduzca a todos por el camino de la unidad.
Preguntas
⇒¿Cómo consideramos a los cristianos de otras Iglesias? ¿Estamos dispuestos a pedir perdón por los prejuicios que albergamos hacia ellos?
⇒¿Qué puede hacer cada uno de nosotros para disminuir la división entre los cristianos?
Oración
Señor Jesús, que oraste para que todos podamos ser uno, te pedimos por la unidad de los cristianos según tu voluntad, según tus medios. Que tu Espíritu nos haga capaces de sentir el sufrimiento causado por la división, de ver nuestros pecados y de esperar contra toda esperanza. Amén.
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DÍA 4
Un pueblo sacerdotal destinado a proclamar el Evangelio
Génesis 17, 1-8 Tu nombre de ahora en adelante será Abrahán porque yo te hago padre de una muchedumbre de pueblos.
Salmo 145, 8-12 El Señor es clemente y compasivo, paciente y grande en el amor
Romanos 10, 14-15 ¿Y cómo van a creer en él si no han oído su mensaje?
Mateo 13, 3-9 Otra parte, en fin, cayó en tierra fértil, y dio fruto: unas espigas dieron grano al ciento; otras, al sesenta, y otras al treinta por uno.
Comentario
En el mundo de hoy más que nunca antes, las palabras inundan nuestras casas no solo a partir de nuestras conversaciones, sino también de la televisión, de la radio y de las redes sociales. Estas palabras tienen capacidad de construir, pero también de destruir. Gran parte de este océano de palabras parece sin sentido, divierte más que alimenta. Pero hemos oído una Palabra de salvación, que nos ha sido tirada como un salvavidas. Nos llama a la comunión y nos empuja hacia la unidad con los demás que también la han oído. Antes éramos «no pueblo», pero ahora somos «pueblo de Dios». Tenemos una palabra poderosa que decir. Unidos la podemos decir con fuerza: Yeshua –Dios salva–.
Preguntas
⇒¿Qué ambiciones personales, espíritu competitivo, falsas creencias acerca de los demás cristianos y resentimiento oscurecen nuestra proclamación del Evangelio?
⇒¿Quién escucha una palabra dadora de vida de nosotros?
Oración
Señor Jesús, tú dijiste que todos sabrán que somos tus discípulos si hay amor entre nosotros. Fortalecidos por tu gracia, haz que podamos trabajar sin cansarnos por la unidad visible de tu Iglesia, de modo que la Buena Noticia que estamos destinados a proclamar pueda ser vista en todas nuestras palabra y nuestras obras. Amén.
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DÍA 5
La comunión de los apóstoles
Isaías 56, 6-8 Pues mi Templo es casa de oración, así lo llamarán todos los pueblos.
Salmo 24 ¿Quién podrá subir al monte del Señor?
Hechos 2, 37-42 1 Todos se mantenían constantes a la hora de escuchar la enseñanza de los apóstoles, de compartir lo que tenían, de partir el pan y de participar en la oración.
Juan 13, 34-35 Les doy un mandamiento nuevo: ámense unos a otros como yo les he amado.
Comentario
El mandamiento de Jesús de amarnos unos a otros no es teórico. Cuanto más encuentran juntos a Cristo en la humildad y la paciencia los cristianos, más disminuyen los prejuicios, más descubrimos a Cristo en el otro. Nuestra comunión de amor de unos con otros se hace concreta cuando nos reunimos para compartir la comunión y la oración en la fuerza del Espíritu.
Preguntas
⇒¿Cuál es nuestra experiencia de encontrarnos unos a otros en Cristo a través de la comunión cristiana, la comida compartida y la oración común?
⇒¿Cuáles son nuestras expectativas sobre los obispos y los líderes eclesiales en el camino hacia la unidad de la Iglesia?
⇒¿Cómo podemos apoyarlos y animarlos?
Oración
Dios de nuestro Señor Jesucristo, Padre de la gloria, da a todos los cristianos, especialmente a los que tienen responsabilidad de gobierno en la Iglesia, el espíritu de sabiduría y de revelación, para que con los ojos de nuestros corazones podamos ver la esperanza a la que nos llamas: un solo cuerpo y un solo Espíritu, un Señor, una fe, un bautismo, un Dios que es Padre de todos, que todo lo domina, por medio de todos actúa y en todos vive. Amén.
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DÍA 6
Escuchen lo que he soñado
Génesis 37, 5-8 Escuchen lo que he soñado.
Salmo 126 Creíamos estar soñando.
Romanos 12, 9-13 Ámense de corazón unos a otros como hermanos y que cada uno aprecie a los otros más que a sí mismo.
Juan 21, 25 Ni en el mundo entero cabrían los libros que podrían escribirse.
Comentario
José tiene un sueño, que es un mensaje de Dios. Sin embargo, cuando José comparte su sueño con sus hermanos, ellos reaccionan con rabia y violencia porque el sueño implica que tienen que postrarse ante él. Finalmente, la hambruna lleva a sus hermanos a Egipto y se postran ante José, pero contrariamente a lo que temían, esto, en vez de ser motivo de deshonra y humillación, es un acontecimiento de reconciliación y de gracia.
Jesús, como José, nos revela una visión, un mensaje, acerca de la vida en el reino de su Padre. Es una visión de unidad. Pero, como los hermanos de José, esa visión y lo que parece implicar nos produce malestar, enfado y miedo. Nos demanda que nos sometamos y postremos a la voluntad de Dios. Tememos esto porque tememos que podamos perder algo. Pero la visión no tiene que ver con ninguna pérdida. Al contrario, se refiere al reencuentro con hermanos y hermanas que habíamos perdido, con la reunificación de la familia.
Hemos escrito muchos documentos ecuménicos, pero la visión de la unidad cristiana no está encapsulada sólo en declaraciones acordadas, por importantes que sean. La unidad que Dios desea para nosotros, la visión que nos propone, va mucho más allá de lo que podamos expresar con palabras o escribir en libros. Esta visión tiene que encarnarse en nuestras vidas, en nuestra oración y en nuestra misión que compartimos con nuestros hermanos y hermanas. Por encima de todo, se hace realidad en el amor que mostramos los unos por los otros.
Preguntas
⇒¿Qué significa poner nuestro propio sueño de la unidad de los cristianos a los pies de Cristo?
⇒¿De qué manera la visión del Señor de la unidad llama hoy a las Iglesias a renovarse y a cambiar?
Oración
Padre celestial, danos humildad para oír tu voz, para escuchar tu llamada, para compartir tu sueño por la unidad de la Iglesia. Ayúdanos a estar despiertos a la pena de la desunión. Donde la división ha hecho nuestros corazones de piedra, que el fuego de tu Espíritu Santo los inflame y nos inspire con la visión de ser uno en Cristo, como él es uno contigo, para que el mundo pueda creer que tú lo has enviado. Esto pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
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DÍA 7
Hospitalidad para orar
Isaías 62, 6-7 Sobre tus muros, Jerusalén, he apostado centinelas; ni de día ni de noche permanecen en silencio.
Salmo 100 Aclama al Señor, tierra entera, sirvan al Señor con alegría.
1 Pedro 4, 7b-10 Sean, por tanto, juiciosos y sobrios, para que puedan dedicarse a la oración.
Juan 4, 4-14 Esa agua se convertirá en su interior en un manantial capaz de dar vida eterna.
Comentario
Durante la Semana de Oración nuestras Iglesias y nuestras capillas se vuelven lugares seguros, de descanso y de refrigerio para que las personas puedan unirse en oración. El reto que surge de esta Semana es que podamos crear más espacios y tiempos protegidos de oración, ya que al orar juntos nos hacemos un solo pueblo.
Preguntas
⇒¿Cómo podemos fomentar la mutua hospitalidad entre las parroquias y las congregaciones de nuestra localidad?
⇒¿Hay algún lugar en nuestro vecindario en el que los cristianos de distintas tradiciones se puedan reunir para orar y, si no lo hay, qué podríamos hacer para que lo haya?
Oración
Señor Jesús, pediste a tus apóstoles que se mantuvieran despiertos y que oraran contigo. Que podamos ofrecer al mundo espacios y tiempos protegidos en los que encontrar refrigerio y paz, para que orando juntos con otros cristianos podamos llegar a conocerte más profundamente. Amén.
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DÍA 8
Corazones que arden por la unidad
Isaías 52, 7-9 ¡Qué grato es oír por los montes los pies del que trae buenas nuevas!
Salmo 30 Convertiste mi llanto en danza.
Colosenses 1, 27-29 Dándoles a conocer la gloria y la riqueza que este plan encierra para los paganos. Me refiero a Cristo, que vive en ustedes y es la esperanza de la gloria.
Lucas 24, 13-36 Empezando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó cada uno de los pasajes de la Escritura que se referían a él mismo.
Comentario
Los discípulos decepcionados que dejan Jerusalén camino de Emaús. Por el contrario, regresan a Jerusalén llenos de esperanza con una Buena Noticia en sus labios. Este mensaje de la resurrección los lleva de regreso al corazón de su comunidad y a una comunión de vida. La evangelización auténtica, es un viaje de Emaús a Jerusalén, un viaje del aislamiento a la unidad, haciendo a un lado el espíritu competitivo y la ambición de querer llenar las propias iglesias.
Preguntas
⇒¿Cuáles son las decepciones que nos aíslan de los demás?
⇒¿Cuáles son los dones (iniciativas, métodos y programas) que podemos recibir de otras comunidades cristianas?
Oración
Señor Jesús, hiciste que nuestros corazones ardieran dentro de nosotros y nos mandaste de regreso por el camino hacia nuestros hermanos y hermanas con el mensaje del Evangelio en nuestros labios. Ayúdanos a ver que la esperanza y la obediencia a tus mandamientos siempre conducen a una mayor unidad de tu pueblo. Amén.
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Oraciones al Espíritu Santo
Celebrante (C): Espíritu Santo, don del Padre por medio de su Hijo Jesucristo, mora en nosotros, abre nuestros corazones y ayúdanos a escuchar tu voz.
Asamblea (A): Espíritu Santo, ven sobre nosotros.
C: Espíritu Santo, amor divino, fuente de unidad y de santidad, muéstranos el amor del Padre.
A: Espíritu Santo, ven sobre nosotros.
C: Espíritu Santo, fuego de amor, purifícanos, echando todas las divisiones de nuestros corazones, de nuestras comunidades y del mundo entero, haciéndonos uno en el nombre de Jesús.
A: Espíritu Santo, ven sobre nosotros.
C: Espíritu Santo, fortalece nuestra fe en Jesús, verdadero hombre y verdadero Dios, que cargó en la cruz con nuestros pecados de división y nos ha llevado a la comunión en su resurrección.
A: Espíritu Santo, ven sobre nosotros.
C: Padre, Hijo y Espíritu Santo moren en nosotros para que nos transformemos en una comunión de amor y santidad. Hágannos uno en ustedes, que viven y reinan por los siglos de los siglos.
A: Amén.
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Oraciones de reconciliación
C: Dios nos invita a la reconciliación y a la santidad. Convirtamos nuestras mentes, nuestros corazones y nuestros cuerpos para poder recibir la gracia de la reconciliación en el camino hacia la santidad.
Silencio
C: Señor, tú nos has creado a tu imagen. Ten piedad de nosotros cuando no respetamos la naturaleza y el mundo que nos has dado. Señor, ten piedad.
A: Señor, ten piedad.
C: Jesús, nos invitas a ser perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto. Ten piedad de nosotros cuando no alcanzamos a ser santos, cuando no somos personas coherentes y no respetamos la dignidad y los derechos humanos. Cristo, ten piedad.
A: Cristo, ten piedad.
C: Señor de la vida, de la paz y la justicia, ten piedad de nosotros cuando nos hacemos transmisores de la cultura de la muerte, de la guerra y de la injusticia, y fallamos a la hora de construir una civilización del amor. Señor, ten piedad.
A: Señor, ten piedad.
C: Dios misericordioso, llénanos de tu gracia y santidad. Haznos apóstoles del amor dondequiera que vayamos. Esto te pedimos por Cristo, nuestro Señor.
A: Amén.
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Proclamación de la Palabra de Dios
Lector (L): La Palabra de Dios que vamos a oír es una explosión de amor en nuestras vidas. ¡Oigan y vivirán!
A: Te damos gracias, Señor.
Isaías 55, 1-3
L: ¡Oigan y vivirán!
A: Te damos gracias, Señor.
Salmo 145, 8-9, 15-16, 17-18
L: Bendeciré tu nombre, Señor, por siempre jamás.
A: Bendeciré tu nombre, Señor, por siempre jamás.
L: El Señor es clemente y compasivo, paciente y grande en amor. El Señor es bueno con todos, su amor llega a todas sus obras.
A: Bendeciré tu nombre, Señor, por siempre jamás.
L: Todos te miran con esperanza y tú les das la comida a su tiempo. Abres generosamente tu mano y sacias a todo ser viviente.
A: Bendeciré tu nombre, Señor, por siempre jamás.
L: El Señor es justo en todos sus actos, actúa con amor en todas sus obras. El Señor está cerca de cuantos lo invocan, de cuantos lo invocan sinceramente.
A: Bendeciré tu nombre, Señor, por siempre jamás.
1 Pedro 2, 9-10
L: ¡Oigan y vivirán!
A: Te damos gracias, Señor.
Mateo 5, 1- 16
L: ¡Oigan y vivirán!
A: Te damos gracias, Señor.
Homilía
Un gesto de compromiso de ser sal y luz
El celebrante seguidamente exhorta a la asamblea en los siguientes términos:
C: Hemos escuchado las Escrituras que honramos y atesoramos, y juntos hemos sido alimentados en la única mesa de la Palabra. Llevaremos esta Palabra santa al mundo con nosotros, ya que estamos unidos en la misma misión, la de ser sal de este mundo y luz del mundo, y de proclamar las grandezas del Señor. Como signo de esta misión que todos compartimos, invitamos a los que deseen a que se acerquen y que prueben un poco de esta sal y a que enciendan su vela a la única llama del cirio. Invitamos a los que así lo hagan a que mantengan sus velas encendidas hasta el final de la celebración.
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Oraciones de esperanza
C: Como hijos de Dios, conscientes de nuestra dignidad y de nuestra misión, elevemos nuestras súplicas al Señor y afirmemos nuestro deseo de ser el pueblo santo de Dios.
Silencio
C: Padre que nos amas, transforma nuestros corazones, nuestras familias, nuestras comunidades y nuestra sociedad.
A: Haz que todo tu pueblo sea santo y uno en Cristo.
C: Agua de vida, calma la sed que existe en nuestra sociedad, la sed de dignidad, de amor, de comunión y de santidad.
A: Haz que todo tu pueblo sea santo y uno en Cristo.
C: Espíritu Santo, Espíritu de alegría y de paz, sana las divisiones causadas por nuestro mal uso del dinero y del poder, y reconcílianos por encima de nuestras diferentes culturas y lenguas. Únenos como hijos de Dios.
A: Haz que todo tu pueblo sea santo y uno en Cristo.
C: Trinidad de amor, llámanos de las tinieblas a tu luz maravillosa.
A: Haz que todo tu pueblo sea santo y uno en Cristo.
C: Señor Jesucristo, nos hacemos uno contigo en el bautismo y por eso unimos nuestras oraciones a la tuya con las palabras que nos has enseñado.
A: Padre nuestro…
Compartimos la paz
C: Jesús dice:
Son la sal de este mundo.
Son la luz del mundo.
Así debe alumbrar la luz de ustedes delante de los demás,
para que viendo el bien que hacen alaben a su Padre celestial.
Sean sal de este mundo.
Sean luz del mundo.
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
A: Y con tu espíritu.
C: Dense unos a otros una señal de paz.