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MARIA ES NUESTRA SALVACIÓN
Canto de Entrada
Canten hoy, pues nacéis Vos,
los ángeles, gran Señora,
Y ensáyese, desde ahora,
Para cuando nazca Dios.
Canten hoy, pues a ver vienen
Nacida su Reina bella,
Que el fruto que esperan de Ella
Es por quien la gracia tienen.
Digan, Señor de vos,
Que habéis de ser su Señora,
Y ensáyense, desde ahora,
Para cuando nazca Dios.
Pues de aquí a catorce años,
Que en buena hora cumpláis,
Verán el bien que no dais,
Remedio de tanto daños.
Canten y digan, por Vos,
Que desde hoy tienen Señora,
Y ensáyense, desde ahora,
Para cuando nazca Dios.
Y nosotros, que esperamos
Que llegue pronto Belén,
Preparemos también
El corazón y las manos.
Vete sembrando, Señora,
De paz nuestro corazón,
Y ensayemos, desde ahora,
Para cuando nazca Dios.
Amén.
V.- Celebremos el nacimiento de la Virgen María, descendiente de Abraham, de la tribu de Judá y de la noble estirpe de David.
R.- CELEBREMOS CON ALEGRÍA SU NACIMIENTO.
V.- Del tronco de Jessé ha brotado la Virgen María, en cuyo tálamo ha entrado el Espíritu del Altísimo.
R.- CELEBREMOS CON ALEGRÍA SU NACIMIENTO.
V.- Cuando nació la Santísima Virgen, el mundo se iluminó, dichosa estirpe, raíz santa, bendito su Fruto.
R.– CELEBREMOS CON ALEGRÍA SU NACIMIENTO.
V.- Celebremos con gozo el nacimiento de Santa María, para que interceda por nosotros ante nuestro Señor Jesucristo.
R.- CELEBREMOS CON ALEGRÍA SU NACIMIENTO.
Lecturas
Bíblicas
“Señor, me has consolado y has hablado al corazón de tu sierva” (Rt. 2, 1-13)
“”María, abogada nuestra” (Est 7, 1-4)
“Grandes cosas ha hecho en mí el todopoderoso”. (Lc. 1, 39-56)
Patrística
“Los Padres y escritores de la Iglesia, adoctrinados por las divinas enseñanzas, no tuvieron tanto en el corazón, en los libros compuestos para explicar las Escrituras, defender los dogmas, y enseñar a los fieles, como el predicar y ensalzar de muchas y maravillosas maneras, y a porfía, la altísima santidad de la Virgen, su dignidad, y su inmunidad de toda mancha de pecado, y su gloriosa victoria del terrible enemigo del humano linaje.
Por lo cual, al glosar las palabras con las que Dios, vaticinando en los principios del mundo los remedios de su piedad dispuestos para la reparación de los mortales, aplastó la osadía de la engañosa serpiente y levantó maravillosamente la esperanza de nuestro linaje, diciendo: Pondré enemistades entre ti y la mujer entre tu descendencia y la suya; enseñaron que, con este divino oráculo, fue de antemano designado clara y patentemente el misericordioso Redentor del humano linaje, el decir, el unigénito Hijo de Dios Cristo Jesús, y designada su santísima Madre, la Virgen María, y al mismo tiempo brillantemente puestas de relieve las mismísimas enemistades de entrambos contra el diablo. Por lo cual, así como Cristo, mediador de Dios y de los hombres, asumida la naturaleza humana, borrando la escritura del decreto que nos era contrario, lo clavó triunfante en la cruz, así la santísima Virgen, unida a Él con apretadísimo e indisoluble vínculo, hostigando con El y por El eternamente a la venenosa serpiente, y de la misma triunfando en toda la línea, trituró su cabeza con el pie inmaculado”. SS. Pío IX.
Congregacional
Tu nombre es mar amargo para Satanás y sus seguidores. Es amargo, porque había de sufrir tantas penas en el mar de la pasión de su divino Jesús. Como fueron sumergidos en el mar Rojo los enemigos de Dios, así también serán derretidos como la cera ante el luego los que sean enemigos de su santo nombre y no quieran invocarle confiadamente. Por tu dulcísimo nombre, sálvanos, Divina Infantita. Tu nombre, Niña Inmaculada, significa luz de los cielos; los que te siguen, divina Estrella no yerran en el camino que conduce a la gloria. Mirando fijamente a esta Estrella nunca pereceremos en las tempestades y escollos de este mar de la vida. Tu nombre es faro que conduce al puerto de la salud. Tu nombre quiere decir Señora. Tú eres la reina de los ángeles, la princesa de los santos, la Madre de los hombres. Tú eres la Señora de todas las criaturas, porque has sido hallada digna de ser madre del Creador. Divina Infantita, Tú eres mi Señora, Tú sola la reina de mi corazón.
(Tiempo de silencio para interiorización y compromiso personal)
ACLAMACIÓN
Esta Niña celestial
De los cielos escogida,
Es la Reina concebida
Sin la culpa original.
(Pídase por intercesión de la Inmaculada Niña, la gracia que se desee alcanzar)
INVOCACIÓN
¡Acordaos! Oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir, que alguno que recurriese a vuestro patrocinio, que implorase vuestro auxilio y acudiese a vuestro socorro, haya sido desamparado de Vos.
Yo, animado de esa confianza vengo a Vos, me refugio en Vos yo pecador gimo delante de Vos; no queráis, oh Madre del Verbo Eterno despreciar mis humildes súplicas, oídme favorablemente y hacer lo que os suplico. Amén.
ORACIÓN A LA SANTA INFANCIA
Oh Dios, que por la Santa Infancia de tu digna Madre María Inmaculada quisiste alegrar al mundo, concédenos te rogamos, por su infinita bondad que seamos hechos como niños, y que confortados con la suavidad de los dones del Espíritu santo, cumplamos perfectamente la voluntad de Jesús en la tierra, para que merezcamos gozar de Ti, con Jesús y con María eternamente en los cielos. Por el mismo Jesucristo Señor Nuestro. Así sea.
Oración final
Oh Dios de bondad, en que tu designio de salvación quisiste que la Madre de tu hijo se llamara María. Concédenos la gracia de ser salvados por este dulcísimo nombre. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.