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JOAQUÍN Y ANA ESCOGIDOS POR DIOS PARA PADRES DE MARIA
Canto de Entrada
Canten hoy, pues nacéis Vos,
los ángeles, gran Señora,
y ensáyese, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Canten hoy, pues a ver vienen
nacida su Reina bella,
que el fruto que esperan de Ella
es por quien la gracia tienen.
Digan, Señora de vos,
que habéis de ser su Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Pues de aquí a catorce años,
que en buena hora cumpláis,
verán el bien que no dais,
remedio de tanto daños.
Canten y digan, por Vos,
que desde hoy tienen Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Y nosotros, que esperamos
que llegue pronto Belén,
preparemos también
el corazón y las manos.
Vete sembrando, Señora,
de paz nuestro corazón,
y ensayemos, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Amén.
V.- Celebremos el nacimiento de la Virgen María, descendiente de Abraham, de la tribu de Judá y de la noble estirpe de David.
R.- CELEBREMOS CON ALEGRÍA SU NACIMIENTO.
V.- Del tronco de Jessé ha brotado la Virgen María, en cuyo tálamo ha entrado el Espíritu del Altísimo.
R.- CELEBREMOS CON ALEGRÍA SU NACIMIENTO.
V.- Cuando nació la Santísima Virgen, el mundo se iluminó, dichosa estirpe, raíz santa, bendito su Fruto.
R.- CELEBREMOS CON ALEGRÍA SU NACIMIENTO.
V.- Celebremos con gozo el nacimiento de Santa María, para que interceda por nosotros ante nuestro Señor Jesucristo.
R.- CELEBREMOS CON ALEGRÍA SU NACIMIENTO.
Lecturas
Bíblica
“Dios nos eligió en la persona de Cristo antes de crear el mundo”. (Ef. 1,3-6.11-12)
Patrística
“Jamás dejaron de llamar a la Madre de Dios. ¡Oh lirio entre espinas!, ¡Oh tierra absolutamente intacta, virginal, sin mancha, inmaculada, siempre bendita, y libre de toda mancha de pecado, de la cual se formó el nuevo Adán!; ¡Oh paraíso intachable, vistosísimo, amenísimo de inocencia, de inmortalidad y de delicias, por Dios mismo plantado y defendido de toda intriga de la venenosa serpiente!; ¡oh árbol inmarchitable, que jamás carcomió el gusano del pecado!; ¡oh fuente siempre limpia y sellada por la virtud del Espíritu Santo!; ¡oh Divinísimo templo oh tesoro de inmortalidad!; ¡oh la única y sola hija no de la muerte, sino de la vida! (SS. Pío IX)
Congregacional
La generalidad de los hombres vivían apartados de Dios, algunos justos suspiraban por la venida del Mesías.
De entre todos ellos, San Joaquín y Santa Ana fueron los escogidos para padres de María ¡Oh dichosos progenitores de la Divina Infantita! Enseñadnos a engendrar y guardar en nosotros, el Santo Espíritu de vuestra Hija inmaculada.
Las humillaciones sufridas por San Joaquín y Santa Ana y las fervientes oraciones de tan santos esporos, atrajeron sobre ellos la gracia del Altísimo. De la infecundidad pasaron a ser padres de la más hermosa de todas las criaturas.
Si somos nosotros también humildes y constantes en nuestras oraciones, engendraremos en nuestras almas el espíritu de la Esclavitud de María.
Unámonos a Santa Ana para dar gracias al Señor por habernos dado a la Niña María, que es el camino que conduce a Jesús.
(Tiempo de silencio para la interiorización y el compromiso personal)
ACLAMACIÓN
Esta Niña celestial
de los cielos escogida,
es la Reina concebida
sin la culpa original.
(Pídase por intercesión de la Inmaculada Niña, la gracia que se desee alcanzar)
INVOCACIÓN
¡Acordaos! oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir, que alguno que recurriese a vuestro patrocinio, que implorase vuestro auxilio y acudiese a vuestro socorro, haya sido desamparado de Vos.
Yo, animado de esa confianza vengo a Vos, me refugio en Vos, yo pecador gimo delante de Vos; no queráis, oh Madre del Verbo Eterno despreciar mis humildes súplicas, oídme favorablemente y haced lo que os suplico. Amén.
ORACIÓN A LA SANTA INFANCIA
Oh Dios, que por la Santa Infancia de tu digna Madre María Inmaculada quisiste alegrar al mundo, concédenos te rogamos, por tu infinita bondad que seamos hechos como niños, y que confortados con la suavidad de los dones del Espíritu santo, cumplamos perfectamente la voluntad de Jesús en la tierra, para que merezcamos gozar de Ti, con Jesús y con María eternamente en los cielos. Por el mismo Jesucristo Señor Nuestro. Así sea.
Oración final
Oh Dios, que elegiste a San Joaquín y a Santa Ana para padres de María, concédenos ser humildes y constantes en la oración, y disponibles siempre a cumplir tu voluntad y viviendo como esclavos de la Inmaculada Niña cooperemos con Cristo en la Salvación de los hombres. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.