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ALEGRÍA DE TODOS EN EL NACIMIENTO DE MARIA
Canto de Entrada
Hoy nace una clara estrella,
tan divina y celestial,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo Sol nace de Ella.
De Ana y de Joaquín, oriente
de aquella estrella divina,
sale su luz clara y digna
de ser pura eternamente:
el alba más clara y bella
no le puede ser igual,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo Sol nace de Ella.
Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.
Amén.
V.- Celebremos el nacimiento de la Virgen María, descendiente de Abraham, de la tribu de Judá y de la noble estirpe de David.
R.- CELEBREMOS CON ALEGRÍA SU NACIMIENTO.
V.- Del tronco de Jessé ha brotado la Virgen María, en cuyo tálamo ha entrado el Espíritu del Altísimo.
R.- CELEBREMOS CON ALEGRÍA SU NACIMIENTO.
V.- Cuando nació la Santísima Virgen, el mundo se iluminó, dichosa estirpe, raíz santa, bendito su Fruto.
R.- CELEBREMOS CON ALEGRÍA SU NACIMIENTO.
V.- Celebremos con gozo el nacimiento de Santa María, para que interceda por nosotros ante nuestro Señor Jesucristo.
R.- CELEBREMOS CON ALEGRÍA SU NACIMIENTO.
Lecturas
Bíblicas
“María, Arca de la Nueva Alianza”. (Ex. 25,10-16)
“Apareció una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies”. (Ap. 11,19; 12,1)
Patrística
“Pues no caía bien que aquel objeto de elección fuese atacado de la universal miseria pues, diferenciándose inmensamente de los demás, participó de la naturaleza, no de la culpa; más aún, muy mucho convenía que, como el unigénito tuvo Padre en el cielo, a quien los serafines ensalzan por Santísimo, tuviese también en la tierra Madre que no hubiera jamás sufrido mengua en el brillo de su santidad”. SS Pío IX.
Congregacional
La deseada de todas las generaciones, la verdadera arca del testamento, la vara de Jessé, la bendita entre todas las mujeres, la Madre del Mesías ha nacido al mundo. Venid, venid y con los ángeles y los hombres venerémosla reverentes, en los brazos de su santa madre, la dichosa Ana. Niña recién nacida, recibe nuestros homenajes de amor y gratitud.
Patriarcas y profetas que esperáis la venida del Redentor, alegraos en vuestro destierro, porque ha nacido la Virgen que ha de dar a luz al divino Emmanuel. Hombres todos alegraos en vuestra Reina que acaba de nacer, venid y contempladla. ¡Qué hermosa! ¡Qué pura! Su rostro es el más bello encanto de la naturaleza creada.
En Ti está nuestra alegría, Niña celestial y divina, siempre cantaremos tus alabanzas. Los ángeles honran a su Reina y llenos de júbilo la transportan al Empíreo. Todos los coros celestiales la reverencian. El Divino Verbo presta obsequio de infinito amor a la Niña Inmaculada que ha de ser su Madre y el cielo todo se regocija en Ella. Al nacer fuiste la alegría del universo.
(Tiempo de silencio para la interiorización y el compromiso personal)
ACLAMACIÓN
Esta Niña celestial
de los cielos escogida,
es la Reina concebida
sin la culpa original.
(Pídase por intercesión de la Inmaculada Niña, la gracia que se desee alcanzar)
INVOCACIÓN
¡Acordaos! oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir, que alguno que recurriese a vuestro patrocinio, que implorase vuestro auxilio y acudiese a vuestro socorro, haya sido desamparado de Vos.
Yo, animado de esa confianza vengo a Vos, me refugio en Vos yo pecador gimo delante de Vos; no queráis, oh Madre del Verbo Eterno despreciar mis humildes súplicas, oídme favorablemente y haced lo que os suplico. Amén.
ORACIÓN A LA SANTA INFANCIA
Oh Dios, que por la Santa Infancia de tu digna Madre María Inmaculada quisiste alegrar al mundo, concédenos te rogamos, por tu infinita bondad que seamos hechos como niños, y que confortados con la suavidad de los dones del Espíritu santo, cumplamos perfectamente la voluntad de Jesús en la tierra, para que merezcamos gozar de Ti, con Jesús y con María eternamente en los cielos. Por el mismo Jesucristo Señor Nuestro. Así sea.
Oración final
Padre de bondad, que nos has dado el don singular de tener por Madre, Maestra y Modelo a María Niña, concédenos también la gracia de saber acrecentar su amor en nuestros corazones y así como Ella alegró al mundo en su nacimiento, nosotros sepamos ser la alegría de cuantos nos rodean. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.