“La Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá
por nombre Emmanuel (Dios-con-nosotros)
Consideramos el adviento como tiempo fuerte para vivir nuestra dimensión mariana. Celebramos con solemnidad la novena de la Inmaculada enmarcándola en la liturgia del adviento (A.D. 101)
La esperanza mesiánica de los hombres se ha visto colmada por Dios en Jesús de Nazaret. En él se han cumplido las promesas, como garantía de la fidelidad de Dios con toda la humanidad.
Mientras se espera la manifestación definitiva del Reino de Dios, los creyentes deben permanecer vigilantes. Atentos a la Palabra de Dios, a los movimientos del Espíritu Santo, a los signos de los tiempos. Permanecemos en vela cada vez que intentamos, colaborando con la gracia, realizar el mundo como Dios quiere. (Misal Romano I, BAC, p.4)
Oración-meditación
¡Oh Señor, Pastor de la casa de Israel,
Que conduces a tu pueblo,
Ven a rescatarnos por el poder de tu brazo!
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
¡Oh sabiduría, salida de la boca del Padre,
Anunciada por los profetas,
Ven a enseñarnos el camino de la salvación!
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
Hijo de David, estandarte de los pueblos y los reyes,
A quien clama el mundo entero,
¡ven a libertarnos, Señor; no tardes ya!
(Misal Romano I, BAC, p.37)
VEN SEÑOR Y SALVANOS